Para vender o alquilar cualquier tipo de vivienda, la cédula de habitabilidad es un documento totalmente imprescindible. Por eso, si estás pensando en vender o alquilar tu propiedad, es necesario que conozcas qué es la cédula de habitabilidad y para qué sirve.
La cédula de habitabilidad es un documento administrativo que asegura si una vivienda cuenta con las características básicas para ser habitada. Es decir, acredita a la propiedad de cubrir con los requisitos técnicos como las exigencias higiénicas y sanitarias mínimas.
El Ministerio de Fomento del Gobierno de España establece que la cédula de habitabilidad es el documento oficial y obligatorio que certifica la legalidad de la vivienda.
En caso de que tu vivienda sea alquilada o vendida sin cédula de habitabilidad sería un arrendamiento o compraventa totalmente ilegal.
Este documento contiene la dirección exacta de la propiedad, sus dimensiones, superficie, estancias, distribución y la firma del técnico que otorga la cédula.
La célula de habitabilidad se encarga principalmente de certificar que una vivienda cumpla con las condiciones mínimas para ser habitada. Pese a ser un trámite burocrático, no se obtiene directamente de un funcionario o establecimiento público.
Antes de acudir con la administración pública, es necesario acudir con un arquitecto. Una vez este profesional otorgue su visión técnica de las condiciones de la vivienda, es posible acudir al ente público para acceder o no a la cédula de habitabilidad.
Existen distintos tipos de cédulas de habitabilidad según su función. Aquí te presentamos cada una de ellas.
Primera ocupación: se trata de la licencia de habitabilidad otorgada por la administración local, es decir, del ayuntamiento, al promotor del inmueble.
Segunda ocupación: es la cédula otorgada a las viviendas habitables que ya han sido habitadas anteriormente.
Por rehabilitación: se concede en casos donde se hace una reforma considerable en la vivienda.
Salvo a algunas excepciones, todas las viviendas deben contar con una cédula de habitabilidad o licencia de primera ocupación. Sin la presencia de este documento, no es posible dar de alta los servicios de luz, agua y gas en la propiedad. Tampoco es posible vender o alquilar una vivienda hasta no conseguir la cédula.
Además, es posible que la cédula de habitabilidad forme parte de los documentos exigidos por la administración pública para el reagrupamiento de familiares extranjeros. Algunas entidades también pueden exigir este documento legal acreditativo para ciertos procesos como el otorgamiento de préstamos de una hipoteca.
Si estás pensando en alquilar o vender tu vivienda, fíjate antes si cuentas con tu cédula de habitabilidad. En caso de que necesites mucho más asesoramiento al respecto, en Reiteman, empresa de reformas en Madrid, te asesoramos con todo lo que requieras.