Los radiadores de calefacción son artefactos que vemos en nuestros hogares y emiten calor al ambiente donde se encuentran. Existen diversos tipos de radiadores elaborados con hierro, aluminio y acero. En este post nos concentraremos en conocer ¿Cómo purgar radiadores antiguos? al igual que ya hablamos anteriormente de los diferentes tipos de cubreradiadores.
Estos radiadores antiguos están elaborados con hierro fundido y comenzaron a utilizarse en España entre los años 70 y 80, una ventaja es que mantienen el calor incluso después de apagarlos.
Es probable que sepas identificar a simple vista si tu radiador es o no, antiguo. Pero, lo cierto es que existen una gran cantidad de factores que determinan el estado de tu radiador. Entre estos, destaca el tipo de material con el que están fabricados y por otro lado, sus condiciones de trabajo.
En el caso del uso, si tu radiador es sometido a cambios de temperatura frecuente o a altas presiones, es probable que su tiempo de vida útil se vea afectado. Por su parte, la corrosión de los metales de un sistema de calefacción central es otro detalle que puede afectar su estado. Para evitarlo, es necesario tomar las medidas para proteger cada metal contra la corrosión.
El funcionamiento de los radiadores es muy sencillo, a través de ellos circula agua caliente proveniente de un generador, caldera o bomba de calor, emitiendo calor a la habitación por radiación.
En ciertas épocas del año es imprescindible su uso debido a las bajas temperaturas, por lo que, los radiadores deben estar en óptimas condiciones, sin embargo, es bastante común que tengan aire acumulado en su interior afectando su funcionamiento.
Esta es una pregunta muy frecuente. Para conocer si hay aire en su interior, basta con tocar el radiador con cuidado, se debe tocar en la parte superior de cada cámara, si se siente caliente en algunos lugares y en otros fríos, significa que probablemente haya aire en su interior.
También es posible oír en ocasiones un goteo en su interior cada vez que se enciende la calefacción, siendo necesario purgar los radiadores.
Cuando no se purga un radiador o se hace incorrectamente, no funcionará al 100%, y el mismo va a requerir un mayor consumo de energía, así mismo, dependiendo de la cantidad de aire en su interior puede quedar inutilizado.
Si un radiador ha estado mucho tiempo sin purgarse, o no se hace de la manera correcta, puede provocar un fallo en su rendimiento. Sin importar su antigüedad, un radiador sin el debido mantenimiento no es capaz de calentarse al 100%. Incluso, en ocasiones es capaz de quedar totalmente inutilizado cuando se acumula demasiado aire en su interior. Así que esa es una de las cosas a las que más debes prestar atención.
Durante el verano o en cualquier otra época del año donde la calefacción no está encendida, es perjudicial dejar las instalaciones vacías. Y es que, si pasan largos períodos en los que no se suelen utilizar las instalaciones, los profesionales recomiendan seguir renovando el agua del ciruito en los casos que sea imprescindible.
El proceso de purgar un radiador antiguo es muy similar en los modernos, sin embargo, primero debes conocer si se cuenta con un purgador. Este suele ser un aparato o válvula ubicada en la parte superior de radiador. Para ello necesitarás un destornillador o una llave que puedes encontrar en cualquier ferretería.
Para purgar el radiador la calefacción central debe estar apagada, ya que, esto puede ocasionar que entre más aire al sistema o algún tipo de quemadura por un manejo incorrecto.
Debes abrir todas las válvulas que se encuentran en la parte inferior del radiador, las cuales suministran agua al mismo. Después abrir el tornillo de purga en sentido contrario a las agujas del reloj con la llave para purgar.
Deja escapar el aire en su interior, tan pronto comience a salir agua por el tornillo vuelve a colocarlo teniendo cuidado de no dejar ninguna fuga. Así mismo, debes tomar previsiones teniendo algún trapo para limpiar el agua que pueda expulsar el radiador, aunque la misma no debería tener presión. Tal vez sea necesario revisar la caldera y volver a llenarla con agua.
Como ves, purgar tu radiador antiguo no es tan complicado como parece. Eso sí, también es importante tener en cuenta ciertos factores en el momento de purgar tu radiador para evitar accidentes o cualquier otro contratiempo de cualquier tipo. A continuación, te contamos los aspectos que debes tener en cuenta en el momento de purgar tu radiador antiguo.
No podíamos irnos sin antes darte unos cuantos consejos para purgar tus radiadores cómo todo un profesional.
Antes que cualquier otra recomendación, es importante que recuerdes que purgar tus radiadores de forma periódica evitará la acumulación de agua o aire en su interior. Ten en cuenta que lo ideal es realizar la purga un poco antes de la época de frio. Esto evitará que tu equipo tenga agua o aire acumulado por la falta de uso en los meses de calor. Una vez purgado, podrás poner en marcha la calefacción de tu hogar sin ningún contratiempo.
También es importante purgar los radiadores de aquellas propiedades que llevas tiempo sin visitar. Una segunda vivienda, local comercial o casa en alquiler, en cada radiador es imprescindible una purga periódica.
Antes de empezar a purgar tu radiador, es necesario comprobar su funcionamiento para terminar de asegurarte sobre si continuar o no con el proceso. ¿Cómo hacerlo? Fácil, enciende tu radiador y verifica si no calienta como debería y además, esta frio en la parte superior. En algunos casos, incluso hay radiadores que hacen cierto ruido.
Purgar radiadores es menos complejo de lo que parece; pero, siempre es necesario tener en cuenta ciertas recomendaciones para evitar accidentes y contratiempos. En radiadores que llevan años sin purgar, el agua puede salir a presión. Por tanto, se recomienda el uso de un recipiente para recoger el agua que caerá en el proceso de purgado. Así, evitarás que tu suelo se estropee haciéndote perder mucho más tiempo.
Por otro lado, para el purgado de radiadores tan solo se necesita un destornillador plano o llave especial. Aunque también puedes probar con otro tipo de utensilios siempre y cuando sean seguros, encajen en la hendidura y te permitan aflojar fácilmente la rosca del radiador.
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