El tiempo va pasando y se empiezan a notar los cambios en nosotros, probablemente no nos damos cuenta de ellos hasta que nos enfermamos. Así también pasa con nuestras casas con el tiempo se empiezan a deteriorar y solicitan sin palabras un cambio. Y es que los daños en las piezas de grifería, la humedad, la pintura y paredes deterioradas hacen necesaria una reforma. También puede darse una reforma por otras razones como nuevas leyes, aumento en los miembros de la familia o por simple decoración.
Sea cualquiera de los motivos mencionados muchos inquilinos hoy día se preguntan ¿Debo marcharme durante la reforma de mi casa? ya que, las remodelaciones y reformas del hogar pueden volverse un poco frustrantes e inquietantes mientras se está presente. Antes de tomar la decisión de quedarse o marcharse hay que analizar algunos factores y colocar en una balanza las ventajas y las desventajas que traerá esta reforma. Aquí te presentamos ciertos aspectos a considerar.
Si vamos a realizar una reforma en el hogar, debemos saber que esto va a generar muchos cambios en nuestra rutina diaria. Esto puede generar cierto estrés y una inevitable modificación en nuestro estilo de vida durante el tiempo que dure la reforma.
En este sentido el psicólogo Santiago Gómez explica que “Cuando entramos en una reforma tenemos que tomar conciencia y aceptar que la rutina y el orden de la casa van a alterarse. Esto significa que por un tiempo vamos a tener que convivir con ruidos molestos, polvo, suciedad, que van a afectar nuestros hábitos cotidianos. Aceptar los cambios nos ayuda a no protestar y evitar el estrés frente a la alteración de la rutina”.
Hay que considerar el espacio de la casa que se desea reformar y priorizar con orden si son varias las reformas que se llevarán a cabo. Se debe tener en cuenta si se realizará una reforma de las instalaciones, es decir, tuberías de aguas, aislamiento o iluminación.
Del mismo modo evaluar si la reforma será más en la parte estética o tal vez decorativa de la casa y así será más fácil decidir si te quedas o te marchas. Si la reforma se realizara en las habitaciones, sala, cocina o baño se recomienda priorizar que espacio se reformará primero para afectar lo menos posible las rutinas diarias de la familia.
Los materiales que se utilizarán durante la reforma también son un factor a considerar aún más si estos implican el uso de cemento, cambios de cerámicas y pinturas, por las partículas que se esparcen en el ambiente y en consecuencia pueden ocasionar riesgos a la salud de las personas.
Si dentro del espacio a remodelar habitan personas sensibles a las alergias que puedan ocasionarle el uso de estos materiales hay que considerar marcharse el tiempo necesario para evitar riesgos en la salud. Tener en cuenta la salud de niños pequeños y ancianos antes de tomar decisiones.
La realización de una reforma puede suponer un estado de ansiedad para los habitantes del hogar. Algunas personas pueden asimilarla mejor que otras, pero indudablemente convivir con la reforma significa un dolor de cabeza. En ocasiones queremos controlar todo y con las obras no puede ser una excepción, pero no siempre será posible. Habrá cosas que se escapen de nuestras manos, como atrasos inesperados, imprevistos durante el trabajo, etc. Por eso debemos tener un alto grado de tolerancia si decidimos quedarnos durante la reforma de nuestro hogar.
Como puedes ver no hay una regla o ley que te obligue a abandonar tu casa durante una reforma, sin embargo debes estar dispuesto a soportar todas estas “molestias” que se derivarán de la obra. Si te crees capaz, podrás convivir con tu reforma.