Si quieres realizar una reforma de tu piso en alquiler hoy en Reiteman, empresa de reformas integrales en Madrid, te contamos todo lo que necesitas saber.
Antes de empezar a reformar tu piso en alquiler, es imprescindible que conozcas si corre a tu cuenta o a la de tu arrendador, y que dice la normativa que lo regula.
Llevar a cabo reformas en una vivienda en alquiler es posible siempre y cuando se tenga en cuenta lo establecido en la Ley de Arrendamiento Urbanos (LAU). Dicha normativa distingue hasta 3 tipos de obras que se pueden realizar en un piso de alquiler.
Competen completamente al arrendador de la vivienda, y son necesarias para conservar las buenas condiciones de la vivienda. Son de carácter obligatorio para el arrendador quien no puede subir el coste de renta por ellas, y debe asumir los gastos de las mismas.
Eso sí, si el deterioro de la vivienda se debe a un uso inadecuado por parte del inquilino, este tendrá que pagar dichos gatos.
El desgaste por el uso de la vivienda puede hacer necesaria la aplicación de pequeñas reparaciones en el espacio las cuales también corren por parte del arrendatario. Por su condición, es quizá el tipo que más controversia puede provocar entre arrendadores y arrendatarios.
Quien se encargará de tomar la última decisión es un juez encargado del caso que determinará a quien le corresponden los gatos.
En el caso del arrendador, todas aquellas obras que este haga son consideradas como mejora para incrementar el coste del inmueble. Mientras tanto, el inquilino también tiene la opción de realizar ciertas mejoras.
Sin embargo, un inquilino no puede llevar a cabo ninguna configuración de la vivienda o de los accesorios que se alquilen con ella sin el consentimiento del propietario. Asimismo, tampoco podrá llevar a cabo obras que provoquen la disminución de la estabilidad o seguridad de la vivienda.
Si has dado con el espacio adecuado para vivir, pero no te sientes completamente a gusto con algunas de sus especificaciones, solo debes reformarlo. Siempre y cuando cumplas con la normativa correspondiente, y con la debida autorización del propietario, podrás llevar a cabo tu reforma sin problema.
De igual modo si eres el arrendador, cualquier cambio que hagas a tu vivienda debes notificarlo a tu inquilino, teniendo en cuenta que estas modificaciones pueden aumentar tu coste de alquiler.
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